
Catequesis Misionera
ORACION DEL CATEQUISTA
Señor, cuando nos mandas a sembrar, rebosan nuestras manos de riqueza:
tu Palabra nos llena de alegría
cuando la echamos en la tierra abierta.
Señor, cuando nos mandas a sembrar, sentimos en el alma la pobreza:
lanzamos la semilla que nos diste
y esperamos inciertos la cosecha.
Y nos parece que es perder el tiempo
este sembrar en insegura espera.
Y nos parece que es muy poco el grano para la inmensidad de nuestras tierras
Y nos aplasta la desproporción
de tu mandato frente a nuestras fuerzas. Pero la fe nos hace comprender
que estás a nuestro lado en la tarea.
Y avanzamos sembrando por la noche
y por la niebla matinal. Profetas pobres, pero confiados en que Tú nos usas
como humildes herramientas.
Gloria a Ti, Padre bueno, que nos diste
a tu Verbo, semilla verdadera,
y por la gracia de tu Santo Espíritu
la siembras con nosotros en la Iglesia.
AMEN
ORACION POR LA FAMILIA
Señor,
Escucha a esta familia
que te pide la unión para ser
testimonio de amor
ante un mundo violento y descreído.
Ayúdanos para que venciendo él egoísmo
y la comodidad, abramos todas las puertas
de nuestra casa y de nuestro corazón
a aquel que necesite de nosotros.
Haz que nuestras familias sean misioneras
y hagan partícipes de nuestras riquezas
materiales y espirituales
a las demás familias.
Y que formemos una comunidad viva
que manifieste ante el mundo
tu verdadero rostro
revelado en amor a Ti
y a nuestros hermanos.
AMEN
Juan Pablo II
LAS BIENAVENTURANZAS DEL CATEQUISTA
Felices los catequistas pacientes,
los que esperan,
los que dan tiempo al proceso de fe
respetando la búsqueda y acompañando la duda.
Felices los que confían plenamente en la acción de Dios.
Felices los que siembran
y no buscan ansiosos los frutos de su trabajo.
Felices los que saben ver en los valores humanos
los gestos de Dios.
Felices los que descubren los signos de los tiempos
y viven el tiempo de Dios en su tiempo.
Porque verán frutos que pocos pueden apreciar;
porque marcarán un ritmo nuevo
a la desenfrenada y ciega carrera del mundo actual; porque la paciencia es un camino
que tiene su fuerza en la esperanza.
Felices los catequistas pacientes
porque poseerán la tierra en herencia.
SEÑOR, TÚ ME AMAS TAL COMO SOY
Señor, reconciliame conmigo mismo.
¿Cómo podría encontrarme con mi prójimo, y amarlo,
si no me encuentro conmigo mismo, si no me amo?
Señor, tú me amas tal como soy
y no tal como yo me imagino que soy:
ayudame a aceptar mi condición de hombre limitado
pero llamado a superarse.
Enseñame a vivir con mis luces y mis sombras,
mis iras y mis dulzuras, mis risas y mis lágrimas,
mi pasado y mi presente.
Concedeme que me acepte como tú me aceptas,
que me ame como tú me amas.
Líbrame de la perfección que yo quiero conseguirme,
ábreme a la santidad que tú quieres otorgarme.
Ahórrame el remordimiento de Judas,
encerrándose en sí mismo para no salir más,
espantado y desesperado ante su pecado.
Concédeme el arrepentimiento de Pedro
frente al silencio de tu mirada
llena de ternura y misericordia.
Y si he de llorar
que no sea por mí
sino por tu amor, que ofendí.
Señor, tú conoces el desánimo que roe mi corazón,
¡Cuánto querría quitar los cerrojos de mi prisión
que yo mismo cierro con llave!
Dame el coraje de salir dé mí.
¡Que ternura me abra los ojos!.
Dime que todo es posible al que cree.
Dime que todavía estoy a tiempo de sanar
la luz de tu mirada y de tu palabra.
CAMINANTES
Ser Caminantes es vivir la aventura de descubrirse a sí mismos, al mundo y a Dios, con nuevos ojos.
Ser Caminantes es emprender un viaje por nuestros caminos interiores en busca de emociones, sentimientos, ideas, creencias. Un camino hacia nuestra espiritualidad, hacia nuestros afectos…
Ser Caminantes es, también descubrir los caminos exteriores, salir al encuentro de los otros, de realidades y personas diferentes.
Ser Caminantes es buscar, descubrir y construir un lugar en el mundo, integrarse al mundo de forma creativa y liberadora. Sentirse útil en la construcción de una sociedad más auténtica, más justa.
Ser Caminante es también ser compañero de marcha, el caminante no camina solo. El caminante sueña, proyecta, actúa y crece junto a otros jóvenes y adultos, sus compañeros de marcha.
Ser Caminante es comprometerse, poner el cuerpo y el alma en la marcha.
Cartas de dom. Bernardo Olivera, anterior Abad General de la Orden cisterciense (trapenses)
ORACIONES AL ESPÍRITU SANTO
“Ven Espíritu Santo,
ven padre de los pobres,
ven viento divino, ven.
Ven como lluvia deseada,
a regar lo que está seco en nuestras vidas, ven.
Ven a fortalecer lo que está débil,
a sanar lo que está enfermo, ven.
Ven porque te necesito,
porque todo mi ser te reclama.
Espíritu Santo,
dulce huésped del alma, ven, ven Señor”.
“Ven Espíritu Santo, ven a sanar ese mundo
de mis emociones.
Mira ese dolor que a veces me carcome
el alma, y sánalo.
A veces sufro por el amor que no me dan,
por las desilusiones, por las agresiones ajenas,
porque a veces no me comprenden,
porque no pude comunicarme bien con alguien,
porque no me agradecen o no tienen en cuenta
mis esfuerzos.
No dejes que esos sentimientos me dominen
y me quiten la alegría”.
“Ven Espíritu Santo, y ayúdame a perdonar.
porque a veces recuerdo el daño
que me han hecho, y eso
alimenta mis rencores y mis angustias.
Ayúdame a comprender a esas personas
que me lastimaron, enséñame a buscarles
alguna excusa para que pueda perdonarlos.
Ven Espíritu Santo, y derrama dentro de mí
el deseo de perdonar y la gracia del perdón,
porque sólo no puedo.
Ayúdame a descubrir que es mejor para estar libre
de esos rencores y ataduras, y dame tu gracia
para liberarme de verdad.
Derrama tu paz en todas mis relaciones con
otras personas, para que reine el amor
Y nunca el rencor. Amén”
Oraciones extraídas del libro “Los cinco minutos del Espíritu Santo” de Victor Manuel Fernández
SANTA MARÍA DEL BUEN MATE
María del Buen Mate,
de las frías madrugadas,
de las tardes otoñales,
de las noches de estudiantes,
de la espera...
María del Buen Mate,
del amigo y del encuentro,
que reemplaza los almuerzos,
que calienta en los inviernos,
que reúne y que celebra...
María del Buen Mate,
que dispone el corazón,
que intercambia la palabra,
que serena en las rencillas,
que descansa en las jornadas...
María del Buen Mate,
oportuno en la visita,
silencioso en los abuelos,
espumoso de la rueda,
que no hace diferencias...
María del Buen Mate,
que siempre está dispuesto,
del mate que nunca se resiente,
que se alegra en ser usado,
que se brinda a cada hora... María del Buen Mate,
enséñanos a tomar mate,
que no sea el mate del rito y la rutina,
que sea el mate del amor fraterno,
que nos deje el sabor a vida nueva.
Que sea el mate "que pierde el tiempo",
cuando hay otros que quieren compartirlo.
Que sea el mate que celebre siempre,
al amigo oportuno que se acerca.
Que sea el mate creador de espacios,
donde el otro encuentre la paz y la confianza.
Que sea el mate que suavice heridas,
y acorte horas de cansancio y soledades.
Que sea el mate una buena nueva,
un canto a la amistad,
un modo de amar y dar la vida.
María V. Goethe
ORACIÓN DE LAS MANOS
Éstas son nuestras manos, Señor... Hoy, muy cerca del inicio de nuestra tarea,
nos ponemos en tu presencia con nuestras manos vacías.
Vos conocés cada una de las marcas que la vida fue dejando en ellas.
Vos conocés nuestro cansancio y nuestra alegría, nuestra fortaleza y nuestra debilidad. Por eso tenemos la certeza de que, una vez más, nos llenarás las manos con lo que cada uno de nosotros necesita para que nuestras manos sean...
Manos para evangelizar, manos para enseñar,
manos para servir, manos para hacerse signo del amor de Dios.
Manos que llenan el pizarrón con letras y colores de esperanza.
Que corrigen, planifican, atajan una pelota y
construyen con paciencia aquello que motiva y entusiasma.
Que saben consolar y acariciar.
Que encienden el fuego cuando hace frío.
Que se adelantan al llanto y al temor.
Manos que ofrecen un abrigo, que traen aire fresco,
que inventan mil formas para seguir adelante.
Que recorren la Palabra de Dios buscando el texto que ilumina la vida.
Que se hacen gesto para proclamar al Señor con gestos y con palabras.
Que se hacen música en las guitarras que alegran la celebración.
Manos que entregan un alimento, un juguete, un medicamento.
Manos laboriosas que inventan mil maneras de ayudar.
Suaves en la entrega, fuertes en la búsqueda.
Manos para evangelizar, manos para enseñar,
Manos para servir, manos para hacerse signo del amor de Dios.
Pequeñas, grandes, decididas, vacilantes, temblorosas, cansadas, enérgicas...
Frente a todos los problemas del mundo tenemos estas manos que hoy ofrecemos abiertas y sinceras para que Dios las llene de sus dones.
Abiertas para el servicio.
Ofrecidas para la evangelizar educando y para educar evangelizando.
Hoy, el Señor toma y bendice estas manos y
las sigue utilizando en la siembra..
Porque ellas construyen el Reino,
Saben unirse en mil abrazos
y están empeñadas en hacer comunidad..
Manos para hacerse signo del amor de Dios.
Amén.
RESISTENCIA
No te rindas,
aunque a veces duela la vida.
Aunque pesen los muro
y el tiempo parezca tu enemigo.
No te rindas,
aunque las lágrimas
surquen tu rostro y tu entraña
demasiado a menudo.
Aunque la distancia
con los tuyos
parezca insalvable.
Aunque el amor sea, hoy,
un anhelo difícil,
y a menudo te muerda
el miedo, el dolor, la soledad,
la tristeza y la memoria.
No te rindas.
Porque sigues siendo capaz
de luchar, de reír, de esperar,
de levantarte las veces que haga falta.
Tus brazos aún han de dar
muchos abrazos, y tus ojos
verán paisajes hermosos.
Acaso, cuando te miras al espejo,
no reconoces lo hermoso,
pero Dios sí. Dios te conoce,
y porque te conoce
sigue confiando en ti,
sigue creyendo en ti,
sabe que, como el ave herida,
sanarán tus alas y levantarás el vuelo,
aunque ahora parezca imposible.
No te rindas.
Que hay quien te ama
sin condiciones,
y te llama
a creerlo.
José María R. Olaizola sj