
Catequesis Misionera
ORACIÓN SEÑOR Y DIOS MÍO
Señor y Dios mío,
Tú que estás por encima de nosotros,
Tú que eres uno de nosotros,
Tú que estás también en nosotros,
que todos te vean también en mí,
que yo te prepare el camino,
que te agradezca todo lo que entonces me ocurra.
Que con ello, no olvide la desgracia ajena.
Guárdame en tu amor
como quieres que todos continúen en el mío.
Que todo, en ese ser mío,
se aplique a tu gloria
y que no llegue hasta mí jamás el desespero.
Porque estoy en tus manos,
y en ti reside todo poder y bondad.
Concédeme un sentido puro,
para que pueda verte;
un sentido humilde, para que pueda oírte;
un sentido del amor, para que pueda servirte;
un sentido de la fe, para que pueda permanecer en TÍ.
Amén.
Dag HAMMARSKJOLD,
Secretario General de la ONU
ORACIÓN JESÚS FUERZA Y SABIDURÍA DE DIOS
Jesús,
fuerza y sabiduría de Dios,
enciende en nosotros
el amor por la Sagrada Escritura,
donde resuena la voz del Padre,
que ilumina e inflama,
alimenta y consuela.
Tú, Palabra del Dios vivo,
renueva en la Iglesia el ardor misionero,
para que todos los pueblos lleguen a conocerte,
verdadero Hijo del hombre,
único Mediador entre el hombre y Dios.
Gloria y alabanza a Ti, oh Cristo,
Ahora y por siempre.
Amén
Juan Pablo II
ORACIÓN DÍGNATE CONCEDERME
Dígnate concederme, oh Dios bueno y santo,
una inteligencia que te comprenda,
una sensibilidad que te sienta,
un alma que te saboree,
una diligencia que te busque,
una sabiduría que te encuentre,
un espíritu que te conozca,
un corazón que te ame,
un pensamiento que se oriente a Ti,
una actividad que te glorifique,
un oído que te escuche,
unos ojos que te contemplen,
una lengua que te confiese,
una palabra que te complazca,
una paciencia que te siga,
una perspectiva que te espere.
Amén.
San BENITO
LAS PERSONAS SOMOS UN “REGALO"
Las personas somos un regalo del Padre.
Algunas están magníficamente empaquetadas;
desde el primer vistazo son atrayentes.
Otras están envueltas con papel muy ordinario..
Algunas han sido estropeadas por el correo.
A veces, es posible que tengan una distribución especial.
Algunas son un regalo mal empaquetado.
Otras han sido cuidadosamente envueltas.
Pero el paquete, no es el regalo.
A veces, el regalo es difícil de abrir, y hay que buscar ayuda.
¿Quizás porque da miedo?
¿Quizás porque hace daño?
¿Quizás porque ya ha sido abierto y menospreciado...?
Yo soy un regalo,
Y, en primer lugar, un regalo para mí mismo.
El Padre me ha dado a mi mismo.
¿He mirado bien el interior de mi paquete?
¿Tengo miedo de hacerlo?
Quizás no he aceptado nunca el regalo que soy.
Es posible que dentro del paquete
haya alguna cosa distinta de la que imagino.
Quizás no he descubierto nunca el regalo maravilloso que soy yo.
Soy un regalo del Padre.
En primer lugar, un regalo para mí mismo, y,
después, también un regalo para los otros.